¿Quién no ha escuchado alguna vez este pintoresco refrán? Recuerdo que mi madre me lo decía para alertarme y no “dormirme”, en sentido figurado, ante diversas situaciones de la vida, y hace muy poco lo volví a leer en el libro escrito por el periodista argentino Andrés Oppenheimer, “Crear o Morir”, obra literaria que promueve la innovación y la urgencia de desarrollarla a través del relato de experiencias exitosas basadas en Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Microsoft) o Mark Zuckerberg (Facebook), pero también nos presenta a otros innovadores como Gastón Acurio, reconocido chef que transformó la cocina peruana en un medio para visibilizar nuestra historia y cultura, o Josep Guardiola, exfutbolista y actual entrenador del Manchester City, quien cree que para seguir siendo el mejor hay que innovar aun cuando se está ganando. El autor también relata las intenciones de la humanidad de llegar al espacio e incluso a la colonización de otros planetas y, así como estas, otras invenciones que llegan de la mano del manejo de drones para delivery de comidas u objetos, de automóviles autónomos, de impresión 3D para la fabricación de dispositivos de salud como las prótesis y muchas otras tecnologías que resultan nuevas y quizá lejanas, pero que cambiarán de manera drástica la manera tradicional de “hacer las cosas”.

Las empresas mineras no son ajenas a la inserción de estas nuevas tecnologías, de hecho, los cambios globales reflejados en las exigencias del mercado han hecho más conscientes al sector de la necesidad de revisar sus procesos tradicionales. En ese sentido, se vienen impulsando iniciativas que los mantengan a la vanguardia e incluso siendo parte del desarrollo. Un ejemplo claro es el proyecto de distribución digital que las socias vienen trabajando de manera colaborativa, esta iniciativa tiene el objetivo de innovar en la manera tradicional de adquirir piezas para las operaciones mineras. ¿Cómo? A partir de la digitalización del inventario para posteriormente fabricarlos de manera local y bajo demanda, utilizando tecnología de impresión 3D. Asimismo, además de optimizar costos logísticos y contribuir a la descarbonización de la cadena, puede tener un potencial impacto relacionado al desarrollo de la cadena de valor.

El sector sabe que la digitalización de inventarios y las prácticas de la cadena de suministro bajo demanda son posibles cambios que se vienen con fuerza para el ecosistema minero en un futuro no tan lejano, por ello, junto a Minsur, Antamina, Poderosa, Gold Fields y Consorcio Minero Horizonte nos encontramos en la etapa de comprender ese potencial de la transición de sus cadenas de suministro tradicional a la de distribución digital. El trabajo incluye la revisión de casos de negocio que proporcionarán un análisis completo del ROI para las piezas recomendadas de fabricación, la digitalización y los archivos de certificación de las piezas seleccionadas, así como la preparación para las pruebas piloto y la descripción general holística de los posibles stakeholders para la implementación de un centro de impresión a nivel local.

Como ven, el reto es inmenso y, en consecuencia, el riesgo podría ser alto considerando el tiempo y esfuerzo que requieren este tipo de innovaciones, sin embargo, comprendemos que un fracaso forma parte de la construcción del éxito y así como en esta iniciativa, la colaboración brinda el soporte necesario para mitigar este riesgo, y no ser el “camarón que se duerme”.

Finalmente, antes de terminar este breve artículo y volviendo al libro que sirvió de inspiración, quiero compartir las famosas cinco claves de innovación que define el autor: (i) Crear una cultura de innovación, (ii) Fomentar la educación para la innovación, (iii) Derogar las leyes que matan la innovación, (iv) Estimular la inversión en innovación y (v) Globalizar la innovación. Como ven, estas claves son necesarias de recordar para que “no nos lleve la corriente”.

Por: Valeria Sosa
Ejecutiva de proyectos en el Hub de Innovación Minera del Perú
[email protected]