Creado para formalizar a la pequeña minería, el Reinfo se ha convertido en una licencia sin caducidad que mantiene viva la informalidad, abre paso al crimen organizado y debilita a quienes sí buscan hacer minería responsable.
El Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo) es, en teoría, una herramienta del Estado peruano para ayudar a que los pequeños mineros y mineros artesanales puedan formalizarse. La idea era buena: separar a quienes realmente quieren cumplir con la ley de aquellos que operan de manera ilegal.
Pero en la práctica, el Reinfo se ha convertido en otra cosa. Para entenderlo mejor, pensemos en una analogía sencilla.
Imagina que una persona quiere abrir una clínica privada, pero no cumple aún con los permisos, equipos ni estándares necesarios. El Estado, en vez de cerrar el local hasta que todo esté en regla, decide darle un salvoconducto para que pueda atender mientras “completa su formalización”. Con ese permiso temporal, los médicos empiezan a operar, a recetar medicinas y a recibir pacientes, aunque no haya certeza de que tengan la capacitación adecuada, que los equipos funcionen correctamente o que las recetas cuenten con los registros mínimos.
Lo más grave: ese salvoconducto, que debería tener fecha de vencimiento, se renueva una y otra vez. Así, la clínica sigue funcionando indefinidamente, con riesgos evidentes para la salud de todos.
Eso, llevado a la minería, es el Reinfo. Un padrón que nació en 2016 y que debía ser un puente hacia la formalidad, pero que hoy se usa como escudo para seguir extrayendo minerales de manera indiscriminada, sin cumplir regulaciones técnico-ambientales y accediendo a químicos y explosivos con muy poco control. Miles de mineros inscritos no avanzan en sus trámites, pero continúan operando con el respaldo de un registro avalado por las autoridades.
Lo que el Reinfo está generando es la perpetuidad de la minería informal e ilegal, y con ello un terreno fértil para el crimen organizado, porque donde hay minería ilegal también hay trata de personas, explotación laboral, contrabando de insumos y violencia.
Las consecuencias son enormes: la destrucción del ecosistema en casi 21 de las 23 regiones del Perú, el impacto directo en comunidades, pueblos indígenas y vida silvestre, y un golpe durísimo a los verdaderos pequeños mineros y artesanales que sí quieren formalizarse pero compiten en desigualdad frente a quienes usan este salvoconducto como excusa para operar sin reglas.
Hoy, estando tan próximos a un proceso electoral, los ciudadanos tenemos la responsabilidad de mirar con atención quiénes son las autoridades que avalan este tipo de “carnés eternos” y por qué lo hacen. Porque mientras se siga prorrogando plazos sin exigir resultados, el Reinfo no será el camino hacia la formalización, sino el instrumento que perpetúa la ilegalidad y sus consecuencias más graves.
Y aquí es donde la innovación y la colaboración se vuelven urgentes. El problema del Reinfo no se soluciona con más prórrogas, sino con nuevos mecanismos, ideas disruptivas y trabajo conjunto entre Estado, empresas, comunidades y sociedad civil. Formalizar de verdad es posible, pero requiere repensar el sistema desde sus bases y construir soluciones que sean realistas, sostenibles y justas.
En el Hub de Innovación Minera del Perú creemos que innovar también es enfrentar los problemas estructurales del país. Por eso nos sumamos al Colectivo PAS (País Seguro), que nace como respuesta a la ola de crímenes financiados por la minería ilegal y busca generar conciencia y movilizar a la ciudadanía para exigir acciones firmes a nuestras autoridades.
El futuro del país exige autoridades firmes y ciudadanos vigilantes: no más carnés eternos que legitimen la ilegalidad. Es momento de innovar y colaborar para que la formalización deje de ser una promesa y se convierta en una realidad.
Valeria Ventura Mantilla
Gerente de comunicaciones y administración del Hub de Innovación Minera del Perú
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