Hace poco más de un año, el equipo de comunicaciones del Hub propuso que las personas que trabajamos ahí también generáramos contenido a través de notas o artículos en los que compartamos nuestros aprendizajes al ser parte de una organización que promueve la inteligencia colectiva. Debo reconocer, y creo hablar por todo el equipo aquí, que hay veces que todo fluye, pero otras, que son la mayoría, cuesta encontrar el tema y el hilo conductor. Así, en este artículo decidí abordar el tema de la escritura a través de tres casos o escenas:
Escena 1: ¿Sabías que en Amazon está prohibido usar PowerPoint para presentar propuestas? Este hecho tan curioso fue comentado por Conor Neill, conferencista especialista en temas de liderazgo y comunicación, en un video en el que reflexionaba sobre cómo escribir mejora la claridad de pensamiento. En este gigante del comercio digital que, irónicamente, inició como plataforma de ventas de libros on line, y que hoy es una de las empresas más grandes y diversificadas del mundo, tiene como premisa que las propuestas de sus trabajadores deben presentarse redactadas en 6 páginas. De hecho, al inicio de la reunión se da un tiempo de 20 minutos para la lectura correspondiente previa a la discusión informada. Para el proponente esto requiere ir más allá ya que el esfuerzo de articulación de ideas es mayor, se necesita un ejercicio de pensamiento estructurado que asegure la claridad del texto; para el que recibe la propuesta, un power point puede ser muy útil como soporte visual pero la lectura del texto da más espacio para su entendimiento de manera detallada e integral.
Escena 2: El mismo Conor Neill en un Ted Talk sobre la disciplina de terminar[1], comenta que hay tres elementos que Warren Buffet, reconocido por ser un inversionista muy exitoso, toma en cuenta para determinar si invierte o no en alguien: (i) la energía, que involucra capacidad de acción; (ii) la inteligencia, en un sentido adaptativo más que de acumulación de conocimiento; y, (iii) la integridad, porque sin este elemento lo anterior pierde sentido. Para desarrollar los tres elementos, Neill da tres consejos prácticos: para tener energía uno se concentra en el paso a paso más que en la meta a largo plazo; para ser íntegro hay que revisar la coherencia en el tiempo que uno dedica a eso que dice que es importante; y, para ser inteligente, recomienda la escritura. La relación entre la escritura y la inteligencia es compleja, sin embargo, hay varias formas en las que la escritura puede influir y reflejar la inteligencia, desde la capacidad de expresar ideas complejas, ya sea organizando y articulando pensamientos de manera lógica y persuasiva o expresando creatividad y originalidad, hasta el desarrollo del pensamiento crítico, a través del cuestionamiento de ideas y perspectivas, y de la capacidad de análisis y síntesis.
Escena 3: La semana pasada tuvimos un taller de herramientas para facilitar la innovación de la mano de Ynnovadores[2], consultores especializados en el tema. Una de las cosas más importantes a interiorizar fue “escribir” el reto, sí, entre comillas porque no se trata de identificar el problema sino de escribir/redactar correctamente el reto. Esto nos obliga a pensar, desenfocándonos de soluciones preconcebidas, para formular una pregunta con descriptores que nos ayuden a explicar a qué estamos apuntando.
En resumen, aunque escribir en sí mismo no determina la inteligencia de una persona, la práctica de la escritura puede reflejar y potenciar una variedad de habilidades cognitivas asociadas con la inteligencia. Además, el ejercicio de escribir de manera efectiva puede ser una herramienta que facilite la expresión de retos, punto de inicio de un proceso de innovación.
Pamela Antonioli
Gerente general del Hub de Innovación Minera del Perú
[email protected]
[1] https://www.youtube.com/watch?v=zXCiv4sc5eY&list=PLdESe5mqoK_GiFdc88P38zHkoetmuUEMC&index=9
[2] https://losynnovadores.com/